viernes, 7 de mayo de 2010

Rita se desplomo sobre el sillón de marrón cuero oscuro. Sabía exactamente cual eran las razones por las que esa fría mañana de junio, su cuerpo entrado en kilos se esparcía en el sillón de aquel consultorio de Palermo.

Me cagaron! Desde que nací que me cagaron! Es como si hubiera tenido una etiqueta puesta desde siempre. Tenes la obligación de ser feliz. No es demasiado??

Enfrente del sillón marron cuero oscuro estaba esta hermosa butaca cuero verde de la cual pocas veces salian respuestas a las preguntas directas de Rita. Esta vez, no sería la excepción.

Bueno, esta bien, quizás estoy exagerando un poco Miriam. Y al decir esto su furia se calmo.
Frunció el seño por un segundo y su boca se abrió bien grande seguida de otro ataque…
No! No exagero una mierda! Vos sabes acaso lo que es tener la obligación de ser feliz, lo que eso significa? Sabes lo duro que puede ser tener un padre que la única educación que te dejo es esa frase? El peso que tiene saber que podes elegir lo que quieras?? Si lo que quieras!

Y que es lo que queres rita? Se escucho decir desde la butaca cuero verde.

Las lagrimas empesaron a correr por sus rechonchos cachetes, mientras todo su cuerpo se encogía hacia atrás y se undia en el sillón que se sentía como uno de esos puff llenos de bolitas de telgopor que te van absorviendo para adentro.


Después empecé terapia...

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